jueves, 21 de mayo de 2009


El consumo es una manipulación económica y psicológica del sistema capitalista de estos tiempos, que de tardío no tiene nada; siendo la dualidad oferta y demanda un juego que sólo juegan los grandes accionistas, apostando millonarias escalas ficticias por la especulación. Esto se debe a que su meta de ganancia reside en concentrar riquezas (a costa de la explotación humana y ecológica de países políticamente sometidos) y no producir nada para el bienestar de las comunidades heridas por el salvajismo financiero.
Y sucedió que por aplicar tanto tiempo la misma receta, el remedio dejó de surtir efecto, por esto el imperialismo fue herido y quedó en estado de muerte casi irreversible; y ahora para sostenerse tiene que recurrir a métodos socialistas, todo lo contrario de su esencia, para aplacar el germen del virus.
Mientras tanto los medios de comunicación no dejan de hablar de crisis: crisis bancaria, crisis económica, crisis financiera debido a que la intervención de los Estados en las economías centrales no han podido, hasta el momento, revertir dicha tendencia porque, ante cada anuncio de ayuda económica o salvataje, las bolsas reaccionan negativamente.
Los coletazos de esta crisis que repercute en desempleo, llegará más temprano que tarde hasta nuestro distrito, afectando el bolsillo del consumidor que día a día gana su sueldo.
En fin, tras que en esta región la oferta laboral escasea, cada vez que algo nuevo surge, con esfuerzo mental y material y a pulmón de unos pocos, son sin réditos gananciales capaces ni siquiera de solventar la canasta básica de alimentos y artículos de limpieza. Ni mencionar un alquiler que van desde los 500 pesos con suerte (y no en condiciones óptimas) y mucho menos la casa propia.
Por lo tanto ya no sirve un Estado administrador. Es necesario un Estado municipal capaz de dirigir políticas que garanticen un sistema económico regional de autoabastecimiento y redistribución de ingresos, si no queremos seguir pagando los trabajadores las pérdidas por malas decisiones políticas.

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